sábado, 20 de marzo de 2010

Nacimiento del Cubismo

Cenábamos un jueves, Salmon, Apollinaire, Picasso y yo. Me parece que era con ocasión de una comida semanal, pero no lo juraría. Entonces Matisse tomó una estatuilla de madera negra que había sobre un mueble y la mostró a Picasso. Era la primera talla negra. Picasso la tuvo toda la noche en la mano. A la mañana siguiente, cuando llegue al taller, el suelo estaba alfombrado de hojas de papel, y sobre cada hoja un gran dibujo, casi el mismo: una cara de mujer con un ojo sólo, una nariz demasiado larga que se confundía con la boca y un mechón de cabellos sobre el hombro. Había nacido el cubismo. Esta misma mujer reapareció sobre telas. En lugar de una mujer hubo dos o tres. Después fueron Las señoritas de Aviñón, cuadro grande como una pared.
Jacob, Max: Naissance du Cubisme. París, 1928.

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