Los reinos españoles llegaron a una tan grande concordia que se reunieron unánimes para perseguir a los árabes. Qué felices tiempos aquellos: se exalta la fe católica, se aniquila la herejía y las ciudades y fortalezas de los sarracenos son devastadas por las espadas de los fieles. Los soberanos españoles combaten por la fe y en todas partes vencen. Los obispos, abades y clérigos construyen iglesias y monasterios, mientras los campesinos cultivan sin temor sus tierras, crían su ganado y gozan de la paz sin que nadie los amenace. Es en esta época cuando el muy reverendo padre Rodrigo, arzobispo toledano, edifica la iglesia de Toledo como obra admirable. El prudente Mauricio, obispo de Burgos, construye la catedral de Burgos llena de fuerza y belleza. Y el sabio Juan, canciller del rey Fernando, funda la iglesia de Valladolid y la dota de numerosas posesiones.
Lucas de Tuy, en Hispanie ilustrae. 1608. Citado en Lambert, E.: El arte gótico en España, Madrid, Cátedra, 1977, pág.24.
Lucas de Tuy, en Hispanie ilustrae. 1608. Citado en Lambert, E.: El arte gótico en España, Madrid, Cátedra, 1977, pág.24.
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